¿Dieta anticelulítica?
Piénsalo bien antes de modificar tu régimen
alimentario. Recuerda cómo se forma la piel de naranja y reflexiona: ¿Tendrá
una dieta el poder de cambiar tu piel?
Allí está: en
piernas y brazos. No importa si eres delgada o corpulenta. Esa enemiga común
llamada celulitis prácticamente está presente en todos los cuerpos de las
mujeres adultas, que desesperadas recurren a todo tipo de indicaciones para
hacerla desaparecer.
"La celulitis puede describirse como una alteración del tejido celular
subcutáneo que se caracteriza por un cúmulo de grasa con retención de agua y
sustancias de desecho que el sistema linfático no está depurando eficientemente
en su totalidad", explica Marta Hurtado Pulyoza, nutricionista clínico en
endocrinología y metabolismo , quien también refiere que la aparición de la
celulitis estaría vinculada a una característica propia del sistema linfático,
pues este no posee una bomba, como el corazón en el caso del sistema
circulatorio, lo que ocasiona que no exista un correcto drenaje, problema que
se incrementa aún más con el sedentarismo.
A inicios del siglo pasado, la piel de naranja era una condición normal de la
mujer que alcanzaba la madurez y no generaba preocupaciones. Hacia mediados de
los años veinte, una compañía de belleza de Estados Unidos acuñó el término
celulitis para vender sus servicios, que se enfocaban en devolver la lozanía
perdida a la epidermis (también celulitis, en términos médicos, refiere a la
infección de tejidos profundos por una bacteria).
Desde esta época, se vinculó a la celulitis con la grasa, aunque son dos cosas
completamente distintas. Todos los seres humanos tienen una capa de grasa
corporal bajo la piel que funciona como una especie de aislante y protector de
los órganos y que almacena energía; la celulitis se relaciona con un tejido
subcutáneo congestionado por células que contienen fluidos, toxinas y grasas,
que se quedan "atrapadas" en la capa profunda de la dermis.
Para "eliminar" la celulitis se ha inventado un sinfín de productos
como cremas, masajes, tratamientos, pastillas, aparatos, recetas de la abuela,
ejercicios y un largo etcétera, que hasta ahora parecería no haber dado con el
punto justo para hacer sucumbir a la piel de naranja.
Recientemente, diversos medios de comunicación han publicado direcciones para
seguir dietas anticelulíticas "milagrosas" que, según muchos,
ayudarían a reducir el aspecto de hoyos en la piel de caderas y tríceps.
Estos regímenes (son múltiples; al escribir "dieta anticelulitis" en
los buscadores de Internet, aparecerán decenas de institutos estéticos,
gimnasios y particulares con variados consejos, acompañados de la ocasional
pastilla para combatir la grasa) sugieren aumentar el consumo de vegetales,
fibra y frutas, y bajar la cantidad de sodio, azúcares y leche, al mismo tiempo
que agregar el consumo tanto natural como suplementario de hierro y vitamina C.
Sin embargo (y a pesar de lo sanas que puedan ser estas dietas), los
especialistas en nutrición no dan fe de ellas, pues aún no existen estudios
científicos que hayan logrado determinar si estas formas de alimentarse
controlan realmente (y por sí solas) la llamada piel de naranja.
El pez no solo muere por la boca
La aparición y permanencia de la celulitis es multifactorial. La especialista
Marta Hurtado explica que la fibroedema geloide (celulitis) es un estado
generado por muchos agentes desencadenantes que pueden funcionar en conjunto.
En primer lugar está el componente genético. Puede haber una predisposición
familiar. Según Hurtado, "la obesidad ginoide o en forma de pera favorece
las alteraciones circulatorias que promueven la celulitis". Otro factor es
hormonal. La acción de estrógenos (vinculada a la retención de líquidos) y
progesterona provocan un mayor tejido adiposo en el cuerpo femenino.
Otra causa que incrementaría la celulitis es la circulatoria. La presencia de
venas varicosas favorece la piel naranja, así como el sedentarismo y el estilo
de vida (estar mucho tiempo de pie o sentadas). A esto se suman los estados de
ánimo, pues el cortisol (la hormona del estrés) interviene el tejido conectivo
de la piel.
Por último, está la alimentación. Si se consumen grandes cantidades de comidas
procesadas indudablemente se le abre paso a la celulitis. Las alteraciones
digestivas (el estreñimiento) y la retención de líquidos son poderosos agentes
impulsores de la piel de naranja.
Dieta: volver a lo natural
Si bien la doctora Marta Hurtado asegura que no existen comidas específicas ni
dietas milagrosas para lograr la eliminación total de la fibroedema geloide, sí
invita a la modificación de los hábitos alimentarios que ejercen influencia en
los factores antes mencionados, para así reducir progresivamente la celulitis.
"Respecto a la dieta, yo recomiendo siempre la vuelta a lo natural".
Igual mente, se aconseja la incorporación a la práctica constante de
ejercicios, a la relajación y a la hidratación, principalmente. Entre las
sugerencias de la nutricionista clínico destacan:
·
Evitar el exceso de alimentos procesados, refinados, con
sustancias artificiales.
·
Reducir al máximo los azúcares y alimentos de alto índice
glicémico (sobre todo si existen alteraciones metabólicas), ya que la
hiperglicemia o elevación de azúcar en sangre favorece los procesos de
oxidación, glicosilación o coloquialmente "caramelización" de
colágeno y microestructuras vasculares o tisulares, lo que afecta gradualmente
su funcionalidad.
·
Respetar el horario de las comidas. Evitar ayunos
prolongados.
·
Asegurarse un justo aporte de proteínas.
·
Beber entre uno y dos litros de agua por día. "Este
es un asunto muy personal. No hay que abusar tampoco del agua".
·
No excederse en calorías para evitar la acumulación de
grasa. Las dietas hipercalóricas favorecen la síntesis y almacenamiento de
grasas.
·
Aumentar el consumo de frutas, vegetales frescos y
ensaladas crudas para garantizar el indispensable aporte de vitaminas y
minerales.
·
Restringir el consumo de sal.
·
Evitar: alcohol, tabaco y alimentos envasados.
·
Asistir al especialista antes de iniciar cualquier dieta.
"Quiero
hacer énfasis en que la piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo, es
superespecializado, cumple numerosas funciones vitales y requiere hidratación,
nutrición, ejercicio y descanso, como el resto de nuestro organismo para ser,
estar y lucir bien", concluyó la especialista.
Problema femenino
De acuerdo con múltiples estudios, la
celulitis afecta en mayor proporción a las damas. Según el Instituto Médico
Láser de Madrid, 90 por ciento de las mujeres adultas son las principales
víctimas de esta característica de la piel (las asiáticas son las menos
afectadas por esta condición).
Otra explicación de este problema, básicamente femenino, es el grosor de la
piel. Las damas tienen un tejido corporal más delgado que la mayoría de los
hombres y menos poroso, lo que ayudaría a que las células que conforman la
celulitis se hagan más notables en ellas. Eso sin contar que la mujer posee una
mayor concentración de enzimas que almacenan grasa.
Si bien las damas tienen una predisposición corporal a la celulitis, los
hombres también pueden mostrar piel de naranja en sus "michelines",
más cuando tienen mucho sobrepeso.
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