DEBEMOS RECIBIR PLATA DE LA RENTA PETROLERA?


Si usted es un venezolano educado en nuestros valores democráticos tradicionales, dirá que todo lo que espera recibir es una educación y servicios de calidad por parte del estado, tal como se hace en otros países más afortunados, y que para eso deben ser esos recursos. Lo que nunca tomamos en cuenta es que en otros países más afortunados existen dos diferencias:

1) “la gente allá es muy educada”, mientras que “nosotros no somos suizos”

2) tales servicios se prestan allá con el pago de impuestos

Durante más de 40 años hemos descartado la segunda diferencia como causa importante de nuestro subdesarrollo, y entonces nos decidimos a darle educación “gratis” a nuestra gente por todo ese tiempo, pero todo lo que parecemos haber aprendido es que si la educación es “gratis”, la salud también debe serlo, y que si uno tiene hambre y la comida está cara, el estado debe abaratarla, y que si no tenemos vivienda, el estado debe dar facilidades para adquirirla. Pasados ya 55 años desde que la primera opción surgió como la respuesta a nuestros males ¿no es tiempo ya de que comencemos a explorar la segunda? ¿Y qué hacemos con el petróleo? Bueno, ¿qué tal si nos dan nuestra parte con la condición de que la invirtamos? ¡Imposible! ¿Más sinvergüenzura? No vayamos tan deprisa y pensemos un momento ¿Cuánto nos tocaría a cada uno? Digamos que unos mil dólares anuales en promedio (unos años la mitad y otros años el doble).Pero, además, la propuesta de la distribución directa de la renta petrolera puede justificarse en términos económicos, políticos, culturales y hasta morales:

Justificación económica: Minimiza la sobrevaluación de la moneda reduciendo así las distorsiones sobre la economía, favoreciendo la exportación en sectores alternos y por tanto una economía más balanceada. La eliminación de estas distorsiones a su vez elimina el incentivo político para crear otras políticas distorsionantes (proteccionismo, subsidios, etc.)

Justificación política: Crea incentivos políticos que promueven una mayor eficiencia en el gasto público; reduce incentivos para la búsqueda de rentas (corrupción); promueve que el Estado se subordine a los ciudadanos y no al revés.

Justificación cultural: Permite a los ciudadanos hacerse una idea clara de la verdadera dimensión de la riqueza petrolera, esclareciendo el mito del 'país rico' y por tanto promoviendo una cultura de producción, contraria a la cultura de distribución hoy predominante

Justificación moral: Le da a la gente lo que es, por derecho, suyo

Aunque siempre surgirían dudas sobre el efecto de una propuesta que nunca se ha explorado, estas dudas podrían disiparse si tenemos en cuenta las siguientes consideraciones:

Uno
Los venezolanos podemos cambiar, podemos ser mejores, podemos transformar nuestra realidad, y todo lo que tenemos que hacer es VER LOS PROBLEMAS DE MODO DIFERENTE.

Dos
Ni los empresarios ni los gobiernos ni los ciudadanos son naturalmente malos o naturalmente buenos. Tanto unos como otros buscan su propio bienestar de la manera que mejor saben y pueden, a veces pasando por encima de otros, por lo que la única forma de asegurar el progreso y la convivencia es mediante los contrapesos que generaría la propuesta.

Tres
El Estado debe ser lo más pequeño posible, su principal función hacer cumplir las leyes, garantizar que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos, los mismos deberes y la misma participación en la renta petrolera. Si el ingreso petrolero está en manos de los ciudadanos, bajo su directa supervisión y control, los gobiernos tienen un problema menos, y como se mantendrán con nuestros impuestos, el que quiera ganar elecciones tendrá qué ofrecernos gobiernos más pequeños y eficientes, y por tanto, más baratos.

Cuatro
O se elimina el petróleo o se usa como un fondo de ahorros, sus ingresos pueden ser invertidos en el exterior o para financiar (subsidiar) empresas o bancos nacionales, según el interés y la decisión de cada ciudadano, pero nunca más podemos tener un gobierno que sea económicamente independiente de sus ciudadanos.

Cinco
El petróleo es de los venezolanos, al dárselo, no se lo estamos regalando ni dando gratis. Se lo estamos devolviendo, lo cual sentaría claramente las bases de un estado en el que se respeta la propiedad privada.

Seis
Si la renta petrolera anual se entrega equitativamente a los venezolanos, ella no les permitirá vivir holgadamente. El mensaje que transmitirá entonces la entrega de estos recursos será: ¡No somos ricos! ¡Hay qué trabajar!

Siete
Estamos seguros de que el actual sistema de administración de la renta petrolera sólo beneficia a quienes tienen la responsabilidad de manejarla pues está comprobado que premia la ineficacia y propicia la corrupción.

Ocho
Al pasar el Estado a depender financieramente de los ciudadanos, y no al revés como es ahora, se reduciría el poder desorbitado que el Estado tiene sobre los ciudadanos, reduciendo el riesgo que el Estado atente contra las libertades individuales, en particular en contra de las económicas.

Nueve
La distribución directa de la renta petrolera creará incentivos políticos que pueden complementar a nuestras débiles instituciones, y de hecho fortalecerlas.

Diez
Los venezolanos se hermanarían de forma definitiva compartiendo el ingreso petrolero y se terminarían las amenazas de guerra civil con que nos atemorizan nuestros sucesivos líderes desde finales de los años 1980 porque tanto unos como otros se han corrompido con acusaciones mutuas sobre el peor uso que ha hecho el otro con el ingreso petrolero comparables a varios planes Marshall, por ejemplo.
que no debemos dejar de tomar muy en cuenta también el tema de las políticas monetarias, que son igualmente importantes.
Históricamente Venezuela ha vivido de sus ingresos petroleros desde que se constituyó en un Estado Petrolero. Mucho se discutió en relación a como se debían invertir esos ingresos. Fueron muchos los ensayos para tratar de sembrar el petróleo, invertirlo, o constituir fondos de reserva nacionales. La realidad es que todos fracasaron y los fondos de reserva siempre fueron saqueados por los gobiernos de turno quienes le metieron la mano sin clemencia. El caso es que los ingresos petroleros no son fijos, unas veces el precio está muy alto (presente) y otros cae de forma insospechada y sin ninguna forma de evitarlo.

El gobierno puede invertir en grandes infraestructuras o destinarlo a gastos públicos y sociales, pero una vez que cae el precio debe despertar a la realidad, no puede seguir manteniéndolos, es cuando se ve que se abandonan y se van deteriorando.

Por otro lado el vivir de los ingresos petroleros fomenta la corrupción y la ineficacia, como se seála de parte del estado. Independientemente del esfuerzo o el trabajo de un gobierno, ellos reciben ese ingreso para administrarlo a su conveniencia, independientemente del resultado de sus gestiones. Eso hace que alrededor de los gobiernos se tejan toda clase de redes de amiguismo, clientelismo y corruptela, ya que ellos deciden como gastarlo y no les cuesta nada, ya que los recursos se los bajan automáticamente. Sus gestiones terminan siendo períodos en los que se dedican a como comprar votos, no a ser productivos y eficientes.

El resultado en Venezuela es que tenemos un Estado poderoso con una numerosa población empobrecida, a quienes las inmensas entradas de dinero no los han favorecido en forma real y productiva. Por otro lado, vemos como se pelean los políticos por alcanzar cualquier puesto, porque representa un enriquecimiento inmediato al ponerle manos a ingresos sin esfuerzo alguno y no dependiente de la eficacia de las gestiones.

De no romper con ese ciclo vicioso, difícilmente podremos llegar a ser un país desarrollado.

Yo considero que una solución probada efectiva en países como Noruega, es la de repartir directamente los ingresos a cada uno de los ciudadanos en forma de fondos de ahorro y que el gobierno se dedique a la recaudación de impuestos y el fomento de la productividad y desarrollo de las regiones. En realidad si se le da una parte a cada ciudadano, nos damos cuenta que no somos un país rico y que tenemos que ponernos a trabajar YA para salir adelante, no podemos seguir viviendo de las rentas, hay que ser productivos.



Nadie es lo suficientemente rico para vivir sin trabajar o, en todo caso, para gastar sin llevar la cuenta". Ese es un poco el trasfondo real de este tema, pero antes de que esto sea evidente para la mayoría, los que ya estemos claros tendremos qué insistir, en este escenario o en cualquier otro, si creemos en una vida de servicio (y trabajo). La renta siempre la han recibido los gobiernos de turno. El actual a diferencia de los anteriores, no solo se toma a dos manos, además se regala a dos manos a otros países a cambio de favores. Un ejemplo es que  se endeuda con los imperios al 10% y le cobra 1% a sus deudores amigos.

Este tema se ha discutido bastante. Yo por mi parte pasé a creer que la renta se debería distribuir entre los venezolanos y los gobiernos deben funcionar a base de impuestos que es como debería ser. Los gobiernos son malos administradores de empresa. La renta que se reparta  entre los ciudadanos,  en calles, telecomunicaciones, flujo eléctrico, seguridad, educación, etc.votemos por un cambio y cambiemos el dinero que ellos malgastan nos pertenece

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